¿Sabes, Matías? La tristeza también es parte de la Vida... Hoy, de pronto, esta Ciudad de México que tanto quiero se convirtió en caos, desolación, incertidumbre... Se cayó un avión en Reforma y Periférico a una "hora pico". Es sorprendente porque los accidentes de avión, en comparación con los automovilísticos, son realmente escasos, y porque se dio en un lugar céntrico, de avenidas esenciales, a una hora en que todo mundo entra de nueva cuenta en movimiento. Y además, viajaban personajes importantes de la política mexicana y del área de la seguridad nacional, lo que son palabras mayores. Juan Camilo Mouriño era Secretario de Gobernación y tenía la edad de la tía Claudia que tanto queremos. Nació en 1971, igual que ella. No puedo evitar pensar en su juventud, en su figura como promesa política, en su esposa y en sus hijos pequeños. Hoy a ellos les cambió la Vida con un giro que no imaginaban, que nunca esperaron. Los cuerpos se incendiaron. ¡Que dolor agregar al dolor inicial el ir a reconocer a un ser querido que se vuelve irreconocible! Ojala nadie pasara por algo así... Tú duermes. Yo tengo la cortina abierta hacia el Parque y hay también, en este espacio tranquilo de nuestras vidas, un flujo de adrenalina inusual: ambulancias, helicópteros, desazón, prisa... Hoy, igual que en muchos otros momentos del tramo de Vida que hemos compartido tú y yo hasta hoy, me alegra inmensamente tu existencia, sabernos Vivos y llenos de promesas. Pido de corazón tener todo el tiempo del mundo para estar contigo y verte cumplir cada una de ellas. Te quiero. Hoy más que nunca y siempre, te quiero.
