junio 07, 2010

Lágrimas Alegría


Anoche me sorprendiste... Sin más, a media cena, lágrimas... -¿Por qué lloras Matías?- te pregunté preocupada, pensando que te habías lastimado con la mesa o algo raro te había pasado con algún bocado. "Es de alegría", respondiste. Tardé en entender y volví a cuestionarte -¿De alegría?-, "sí, de alegría", me volviste a decir entre más lágrimas, para añadir: "Acabo de darme cuenta que mi abuelo me quiere mucho y yo también". Te cargué inmediatamente y te abracé, y bastó para que tus lágrimas se soltaran con mayor confianza. Fue un gesto que me conmovió tanto que inmediatamente le llamamos a tu abuelo, quien también se conmovió. Tan lejos al otro lado del teléfono, al final sólo atinó a decirme, con ternura: "tranquilízalo, por favor". Llorabas más y más, mientras me decías "es de alegría, es de alegría". -Cierto- te dije, y cuando te hubiste calmado un poco te comenté que también una vez yo había llorado de pura alegría, y te conté cómo, cuando una mujer está embarazada, primero lo presiente en su cuerpo, en cambios sutiles que siente. Así me pasó hace 6 años y todos los nervios me invadieron. Compré un aparatito en la farmacia que te ayuda a saber, y aunque según las indicaciones la respuesta era afirmativa, yo aún no lo creí, así que fui al médico. Él me dijo "parece que sí, pero vaya mañana a mi otro consultorio para un ultrasonido". Más nervios aún, pequeño, te lo juro. Fui y ahí estaba el doctor y una doctora muy amable, que era la experta en el ultrasonido. Blusa para arriba, panza al aire, te ponen un gel pegajoso y luego te van recorriendo la panza con un aparatito muy, muy frío. La magia se produce: tu interior se puede ver en una pantalla. Y ahí, una forma pequeñita, aún sin mucha forma, fue señalada casi al mismo tiempo por los dos doctores: "Ahí está tu bebé". Me quedé tan impresionada que las demás explicaciones las escuché como si no estuviera ahí, hasta que, de pronto, el doctor me hizo notar en la pantalla la presencia de un latido a un ritmo muy ágil... "Y éste de aquí es el corazón de tu bebé". Entonces surgió toda la emoción contenida, todo mi deseo acumulado de años por tenerte, y no me importaron ni el doctor ni la doctora ni nada alrededor: lloré. Curioso por las fechas, porque esa vez que vi por vez primera tu corazón fue el 9 de julio de 2004... Me dio tanta emoción revivir todo al contártelo, que anoche, contigo, volvieron a surgir las lágrimas. Cierto, mi queridísimo Matías: también se llora de alegría.

1 comentario:

Pao dijo...

Matías eres genial... y ese gran corazón es por la grandiosa mamá q tienes!! un beso, los veo pronto!!